¿POR QUÉ ME VIGILAN, SI NO SOY NADIE?
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Alguna frase –significativa, de Marta Peirano, conferenciante del vídeo más abajo: “Qué pasa, que cuando llegaron los nazis ya tenían los deberes hechos”. […] Tenemos que poner cortinas a nuestras casas, no podemos esperar que nos las pongan por fuera; este estado de vigilancia es una de las peores enfermedades que tiene una democracia.
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Estado de vigilancia
Podría haber ‘elegido’ otra conferencia, conferenciante diferente, mucho más reciente […] Creo que daría casi igual. Precisamente, el corazón de esta entrada se encontraría en cada una de vosotras y vosotros, quienes leéis, –os preguntáis y cuestionáis por descontado.
El totalitarismo, elige y prefiere por encima de todo la incredulidad a la fe; el ser humano ideal para el totalitarismo no es el nazi convencido, sino la persona para la que la realidad de la propia experiencia dejó de existir, ni es capaz de distinguir entre ficción y hechos…
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