VINE A México a vivir una vida diferente de la que había vivido en Cuba. Entre otros muchos y muy variados propósitos, aquí pude estudiar letras en la universidad, por ejemplo. Si estoy cierto, poco más o menos un mes después de mi llegada hice el examen de admisión y para el siguiente agosto ya estaba inscrito. ¡Hey la Universidad es gratis! ¿por qué no aprovechar lo que el Estado, con la excusa del bien común, “regala”?
Lo primero que asombra al entrar a la Fac —así llaman a la Facultad de Filosofía y Letras los que allí trabajan y estudian— es la libertad tan grande que hay allí. (Conste que yo nunca había estudiado en una universidad con autonomía.) Sólo para darles una idea lo asombrado que andaba: la cátedra es completamente libre y cualquier persona, sea o no estudiante de la Universidad, puede entrar, sentarse y tomar la…
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