2) Análisis robinsoniano
La tasa de interés está íntimamente relacionada con el ahorro, la inversión y la formación de capital. Para mostrar y demostrar dichas relaciones, la escuela austriaca utiliza un esquema robinsoniano (o economía autística).
El esquema es simple. Imaginemos a Robinson Crusoe quien, sólo en su isla, divide el día en 10 horas de trabajo y 14 horas de descanso. Recoge, en sus horas de trabajo, 2 frutas por hora, obteniendo’ así, diariamente, 20 frutas.
24 hs.
10 hs.: 20 frutas 14 hs.: de descanso
Robinson desea ahora salir de esta precaria situación. Observa que, si contara con un bien que le permitiera obtener 5 frutas por hora, obtendría lamisma cantidad de frutas que antes (20) en 4 horas en vez de en 10 horas. Entonces Robinson (R) se decide a encarar el proyecto. Para ello, emplea 5 horas de las 10 horas en las que trabajaba y 5 de las que descansaba para construir el bien (un palo, por ejemplo). Esto implica restricción en el consumo y/o descanso, lo que significa AHORRO. R, pues, está ahorrando.
5 ha. + 5 ha.
fabricación del palo
5 hs.: 10 frutas AHORRO 9 hs.: de. descanso
Ahora bien: ¿qué fue lo que indujo a R a efectuar ese período de ahorro? Precisamente, la perspectiva de 5 frutas por hora mañana versus 2 frutas por hora hoy. La diferencia, o sea, 3 frutas por hora, es la tasa de interés originario, es decir, el valor adicional que recompensa la espera.
Sigamos en. el análisis. Ese palo, que R está fabricando, es un bien de capital, es decir. una combinación de naturaleza más trabajo, que le permitirá elevar la productividad (mayor producción en menos tiempo) de su labor. Lo que está haciendo R es invertir. Se denomina INVERSIÓN a la utilización del ahorro para la fabricación de nuevos bienes de capital.
Fabricación del palo
INVERSIÓN
5 hs.: 10 frutas AHORRO 9 ha.: de descanso
10 hs.
(restricción de consumo)
El ahorro es, luego, producción no consumida (restricción del consumo) y la inversión la utilización del ahorro para la fabricación de nuevos bienes de capital. Pero saquemos otras importantes conc1usiones. En primer lugar, vemos que para invertir, es necesario un período de ahorro previo. Sólo si hay ahorro, hay inversión; es decir, el ahorro es la condición necesaria de la inversión. Luego, sin ahorro, NO hay inversión. En segundo lugar, vemos que el ahorro tiende a ser igual (en cuantía) a la inversión. Estas son verdades esenciales e importantísimas para un correcto análisis económico, que se pueden observar gráficamente en los esquemas.
¿Cuál es la situación en la que quedó R, una vez terminada su inversión? Evidentemente –teniendo en cuenta el fin de su acción– mucho mejor. La productividad de su labor, esto es, la relación entre el volumen producido y el tiempo empleado para hacerlo, ha aumentado, reduciéndose consecuentemente su jornada laboral de 10 horas a 4 horas, pudiendo luego dedicar las restantes a más descanso o a la fabricación de nuevos bienes de capital –o a lo que fuere–.
24 hs.
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4hs.: 14 hs.: de descanso 6 hs:: libres
20 frutas
Tenemos, pues; que el capital es el medio indispensable para elevar el nivel de vida; que es fruto de la inversión, y que para invertir es necesario ahorrar previamente.
Por Gabriel Zanotti
Continuará…