La semana pasada leí una noticia según la cual la asociación o lo que fuere de hoteleros protestaba contra las casas de familia que ofrecen alojamiento “sin las exijencias correpondientes” o algo por el estilo.
La noticia refleja una mentalidad que se ha hecho carne en Argentina (y tal vez en el mundo) como parte de nuestro obsesivo estatismo cultural.
Esto surge nuevamente de no tener conciencia de lo significan los derechos individuales a la propiedad, libertad de cultos, de enseñanza, de tránsito, etc.
Toda persona tiene derecho a ejercer todas las actividades que emanen de esos derechos mientras no atente contra derechos de terceros. Eso significa que es admisible un código penal que a posteriori de una acción determine que la acción es delictiva si atenta contra la vida, propiedad o libertad, pero no antes. Esto es, la clave de la cuestión es la diferencia hayekiana (pero, claro, no…
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